Es la puesta del sol y está
lloviznando. Es una noche frio de otoño. Sin embargo, la briza y las pequeñas gotas
son refrescantes. Calle Recogidas está llena con mucha gente que tiene
paraguas. Coches pasan y foco en los ruidos de las rodadas sobre el pavimento
mojado. Puedo oír música de las tiendas que son ocupadas con compradores. Yo
paso por cafeterías y puedo oler el aroma del café y la comida. El olor de los
cigarrillos lleno la calle también. Paso lado a lado esquivando las personas
con paraguas. Granada está muy animada.
Mientras caminando, yo
trato olvidar de todo. Les dejo mis preocupaciones y pensamientos. Por la
primera vez yo camino por Calle Recogidas sin prisa. Foco en los cinco sentidos
y nada más. Es muy diferente de mi paseo habitual al CLM. Aprovecho el tiempo
para observar mi entorno. Puedo ver unas tiendas que nunca he visto. Me doy
cuenta de todos los sonidos que llenan la ciudad. Es una ciudad hermosa a pesar
del aire fresco y la niebla. Absorbo las maravillas que me rodean y me hacen
agradecida de mi tiempo en Granada.
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